20/12/2008

UN NIÑO NOS ES NACIDO

Isaías 9:6. Hasta en el mismo cielo ha introducido cambios el pecado, puesto que Jesucristo, a causa del pecado, tomó sobre sí la humanidad y la lleva ahora. La seguirá llevando por la eternidad. Jesucristo vino a ser el Hijo del hombre, tanto como el Hijo de Dios. Nació en nuestra familia. No vino como un ser angélico, sino que nació en la familia y creció en ella; fue un niño, un joven, un adulto, un hombre en la flor de la vida, en nuestra familia. Es el Hijo del hombre, nuestro pariente, llevando la carne que nosotros llevamos.

Adán era el representante de la familia; por lo tanto, su pecado fue un pecado representativo. Cuando vino Jesucristo, vino a tomar el lugar del Adán que cayera. "El primer Adán fue hecho un ser viviente. El postrer Adán, un espíritu vivificante" (1 Cor. 15:45). El segundo Adán es Jesucristo hombre, y Él vino para unir la familia humana con la divina. Dios nos es presentado como el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda la familia de los cielos y de la tierra (Efe. 3:14 y 15). Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, vino a esta parte de la familia a fin de poder restaurarla, para que pudiera existir...

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